La llamada "transición epidemiológica" se utiliza para justificar la implantación de nuevas estrategias de "atención a la cronicidad". Se habla de que antes los ingresos hospitalarios ( parece mentira que tengan que ser los hospitales los que lideren este proceso...) eran de agudos y ahora son de crónicos reagudizados...
Como ocurrió en 1492 con América, ahora se descubre al crónico. Y al igual que entonces, se descubrió que en ese nuevo mundo había negocio.
Dejando a un lado la justificación de un nuevo modelo en vez de potenciar la fortaleza del existente, la oportunidad o el oportunismo de los promotores, las lisonjeras proclamas de liderazgo de la atención primaria o los riesgos de transformación del crónico en clónico, lo cierto es que en nuestro país ya se han producido consensos y planes autonómicos (1, 2 ,3 ....) para la implantación del nuevo modelo.
Nos toca, por tanto, a los médicos de familia estar aliquindoi para hacer efectiva la propuesta de liderazgo que se nos ofrece en este nuevo escenario.
Aunque, por supuesto, no debiera obviarse el aspecto conceptual, sería bueno que los médicos de familia estableciéramos el nivel de discusión en el nivel operativo ya que parece que, con algunos matices, la decisión estratégica de los diversos servicios de salud autonómicos está tomada.
Desde este punto de vista, nada mejor que utilizar los propios documentos elaborados por las consejerías respectivas y exigir su coherencia interna: el desarrollo competencial de la atención primaria, la apuesta por la promoción de la salud en la comunidad, la atención integral (bio-psico-social) del paciente crónico, el desarrollo(real) de la gestión compartida con enfermería, el desarrollo de las TIC con una historia de salud electrónica ergonómica ,adaptada a las condiciones reales de práctica clínica y con un sistema de feed-back ágil que permita la introducción de nuevos items o la modificación de los existentes para disponer de un soporte útil (también) al clínico la prestación de servicios donde sea más eficiente... y todo ello con el auténtico liderazgo de la atención primaria.
Se trata de hacer lo que siempre hemos hecho ( o hemos debido hacer) pero con unas nuevas gafas que pongan más énfasis en el desarrollo competencial y de recursos necesario para gestionar de modo eficiente todas las etapas en las que puede estratificarse la atención y todo esto sin perder de vista la irrenunciable individualidad de la persona con enfermedades crónicas.
Habrá por tanto que "dejar de hacer para hacer".
El desarrollo efectivo de la gestión de la demanda compartida entre medicina y enfermería de atención primaria huyendo de actitudes cainitas o de "apriorismos" puede ser, entre otras, una de las oportunidades que nos brinde esta nueva estrategia. La desidia nos puede convertir en comparsas de una obra que se desarrollará con o sin nuestro protagonismo.
Habrá por tanto que "dejar de hacer para hacer".
El desarrollo efectivo de la gestión de la demanda compartida entre medicina y enfermería de atención primaria huyendo de actitudes cainitas o de "apriorismos" puede ser, entre otras, una de las oportunidades que nos brinde esta nueva estrategia. La desidia nos puede convertir en comparsas de una obra que se desarrollará con o sin nuestro protagonismo.