miércoles, 28 de diciembre de 2011

Chita ha muerto


Chita era una mona que compartía protagonismo con Johnny Weissmuller en las -por mí- añoradas películas de Tarzán. Nació en Liberia en 1932 y ha muerto el día de nochebuena a los 80 años de una insuficiencia renal. Pero no ha muerto en Liberia. Ha muerto en la reserva de Palm Harbor, Florida.
Si hubiera muerto en Liberia, lo habría hecho mucho antes y de alguna enfermedad infecciosa.
Es lo que tiene poder vivir en un pais "de altos ingresos" : te mueres de cosas distintas de las que mueren los pobres.
Dime donde vives -seas humano o mono - y te diré de que vas a palmar.
No te preocupes por el cáncer si vives en un pais de "bajos ingresos", no vivirás lo suficiente para que te pille.
La OMS ha publicado las 10 principales causas de muerte en 2011.
El 99% de los menores de edad que fallecen en el mundo viven en los paises más pobres. Inocentes.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Prescripción Prudente. Esperar y ver ( sabiendo que existen cisnes negros)


"Los médicos entretenemos a los pacientes mientras la naturaleza hace su trabajo"
No recuerdo donde escuché esa frase que, con matices, admito. En definitiva, la naturaleza siempre acaba consiguiendo, más tarde o más temprano, lo que se propone.

Sergio Minué en un magnífico post - prescripción conservadora: usar el tiempo como un test diagnóstico y terapéutico siempre que sea posible - establece los matices necesarios para que la espera se convierta en una toma de postura consciente y no en un fatalismo del destino que pueda abocar a la inacción.
En este trabajo, se narran las dificultades para el diagnóstico en A. Primaria, la banalidad de la mayoría de los síntomas, el tiempo como recurso a favor de médico y paciente...

A los médicos nos han formado de tal manera que nos cuesta reconocer ante el paciente nuestra propia ignorancia diagnóstica y a la sociedad se la machaca diariamente con mensajes sobre la "fantástica medicina que todo lo puede". Esto nos  lleva a los médicos a realizar actuaciones compulsivas con tratamientos de dudosa eficacia o a pedir una panoplia de pruebas complementarias que pueden acarrear más riesgos que el simple y eficaz "esperar y ver".

Pero, además tenemos mucha dificultad para controlar nuestra ansiedad ante la incertidumbre, superándola,  en muchos casos, mediante su transferencia al paciente o a la sociedad en forma de actuaciones no fundamentadas en pruebas, para evitar que se nos escape el cisne negro entre la mayoría de cisnes blancos.

Por ahora, la sociedad tolera los falsos positivos, así que "esperar y ver" es una asignatura que todavía "espera" a que pongamos las cosas en su sitio, a que las expectativas de la sociedad en la medicina sean más realistas y a que los médicos nos bajemos de la autocomplacencia ,desechemos la omnipotencia, declaremos nuestras limitaciones y sepamos navegar en la incertidumbre.