Cuando se toma partido como lo ha hecho Enrique Gavilán en el (ya muy sobado) programa "Salvados" es lógico que se pongan en marcha reacciones airadas desde sectores "oficiales" o bien actuaciones que pueden considerarse directamente faltonas por parte de otros actores que saben manejar mejor los tiempos y los gritos televisivos a falta de argumentos y respeto al que opina distinto.
Pero es que además la intervención de Gavilán ha suscitado reacciones encontradas entre los propios compañeros de viaje y lo que es peor: se ha lanzado al Gavilán a los piés de los caballos de las asociaciones de pacientes hasta el punto de que ha debido elaborar un comunicado explicativo...
De nada valen las explicaciones sobre el "recorte" que realiza cualquier programa televisivo para adaptarse a su formato, ese recorte que se percibe como pobreza de contenido por parte de iniciados y como titular alarmante para el resto.
Por supuesto,entiendo (como naturales y previsibles) las "reacciones de reaccionarios". También comprendo que las familias con algún miembro con TDAH vean un despropósito la afirmación de que se trata de un trastorno inventado ( probablemente entre las definiciones de "disease mongering" hubiese sido más adecuada al momento la acepción de" promoción de enfermedades" ). Sin embargo, deberemos "hacernos mirar" y hacer autocrítica sobre las reacciones de los propios com-blogueros o co-listeros a los que todavía parece escocernos la sinceridad y la desnudez que mostró un médico de familia ,capaz de exponer su trabajo fuera de la imagen omnipotente que la sociedad tiene del colectivo.
Tal vez se pueda criticar como estrategia de imagen por algunos y tal vez ese formato televisivo sea inadecuado para replantear desde la honestidad el papel de "sobremedicadores" que todos los médicos desarrollamos con mayor o menor contención, pero desde aquí quiero reivindicar como imprescindibles a médicos capaces de entrar sin maquillar a un programa televisivo, exponiéndose a que los focos dirigidos desde todos los ángulos muestren su autenticidad.
Aunque ya no tengas el blog, Gavilán, sigues poniendo los huevos donde hace falta.
Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarUn saludo.