jueves, 13 de septiembre de 2012

Aprender con el paciente


Algún día reconoceré que tengo suerte de trabajar en esto.
Con la que está cayendo puede sonar a enajenación mental, pero lo cierto es que, en ocasiones el ejercicio de la medicina te dá la oportunidad de conocer a personas excepcionales. Y no me refiero a catedráticos, estudiosos o científicos de postín. Me refiero a pacientes.
Hay pacientes que te enseñan más que cualquier libro de medicina, que te hacen sentir pequeño en las explicaciones clínicas cuando ves en su día a día el afrontamiento de su vida con su enfermedad .Entonces puedes seguir explicándole la fisiopatología de su proceso y seguirás siendo como el mal periodista que no deja que la realidad le estropee su titular.
Contemplar de frente  la enfermedad y la muerte puede doler, pero también puede mostrarnos la vida con todos sus matices y eso es un privilegio que te enseña no solo conocimientos, sino sobretodo a aprender a vivir con dignidad.
Este verano, no sin esperarlo, se fué Fuensanta. Su familia y yo seguro que aprendimos con ella.